Un cargo recurrente es un pago periódico que se carga automáticamente a la tarjeta de crédito de un cliente de manera regular. Estos cargos suelen estar asociados con suscripciones o membresías para servicios o productos que se consumen con el tiempo. Regularmente, estos pagos se realizan dentro de sitios web y son estrategias cada vez más utilizadas por las empresas.
Algunos ejemplos de cargos recurrentes incluyen:
Estos cargos a menudo se configuran como pagos automáticos, lo que significa que la información de pago del cliente se almacena y el cargo se procesa automáticamente a intervalos regulares en el sitio web.
Esto puede ser conveniente tanto para el cliente como para las empresas, ya que elimina la necesidad de que el cliente pague manualmente e introduzca su información cada que vence un cargo, además reduce la carga de trabajo de las empresas en el procesamiento de las cuentas y los pagos individuales.
Sin embargo, es importante que los clientes estén al tanto de los cargos recurrentes y realicen un seguimiento de ellos, ya que pueden sumarse rápidamente y pueden no ser inmediatamente evidentes en una tarjeta de crédito o en un extracto bancario.
Los clientes también deben asegurarse de revisar cuidadosamente toda la información como los términos y condiciones de cualquier servicio o producto que incluya un cargo recurrente, dado que a veces no son fáciles de cancelar o pueden tener cargos adicionales.
A menudo se utilizan términos como "pagos recurrentes" y "domiciliación" de manera intercambiable, pero en realidad se trata de conceptos diferentes.
La domiciliación es un acuerdo entre un cliente y una empresa en el que se autoriza a la empresa a cargar ciertas cantidades a la cuenta bancaria o tarjeta de crédito del cliente de forma automática de pago de servicios o créditos. Estos cargos pueden ser periódicos o ir en función de la utilización del servicio o producto. Algunos ejemplos de domiciliación son:
La domiciliación es una forma cómoda de realizar pagos, ya que el cliente no tiene que preocuparse por recordar, tener que hacer el pago cada mes o en el plazo acordado.
Aunque hay similitudes entre la domiciliación y el pago recurrente, hay algunas diferencias clave. En primer lugar, la domiciliación suele ser utilizada para pagos fijos, como facturas de servicios públicos o préstamos, mientras que el pago recurrente suele ser utilizado para servicios o productos que se consumen de forma continua, regularmente asociados con ofertas en sitios web.
Por último, la domiciliación suele ser un acuerdo a largo plazo, mientras que los pagos recurrentes pueden ser cancelados en cualquier momento por el cliente. Sin embargo, es posible volver a adquirir el servicio de manera rápida, pues la información de la cuenta se queda almacenada dentro del sitio web de las empresas.
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