Con el incremento de las transacciones del comercio electrónico, también aumentaron los fraudes y la sofisticación de estos. Es ahí donde el 3D Secure entró a proteger las compras en línea.
En México, en 2023 se realizaron 1,061.7 millones de compras en comercios electrónicos, de acuerdo con datos de la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef).(1)
En ese periodo, se efectuaron 4.85 millones de compras no reconocidas o contracargos, que fueron hechas sin el consentimiento del tarjetahabiente. El cliente final se pone en contacto directo con el banco, para notificarle que no reconoce un cargo hecho a su tarjeta y se genera un contracargo al banco del negocio donde se efectuó la transacción.
Según los mismos datos de la Condusef, los contracargos ascendieron a 3,366 millones de pesos, costo que en muchos casos deben asumir las empresas y las instituciones financieras.(1)
3D Secure es un protocolo de seguridad diseñado para proteger las transacciones en línea con tarjetas de crédito y débito.
Su nombre proviene de “Three-Domain Secure”, que hace referencia a los tres dominios involucrados en el proceso: el banco emisor, el banco adquirente (comercio) y la infraestructura que actúa como intermediaria para realizar la autenticación del cliente.
Lo que se busca es agregar una capa adicional al momento de realizar la autenticación en las compras en línea, y con ello confirmar la identidad del titular de la tarjeta antes de aprobar la transacción.
3D Secure fue un protocolo usado por la industria financiera, que surgió para proteger las transacciones al momento de hacer la compra en un comercio electrónico. Posteriormente, fue adoptado por otros emisores de tarjetas.
Una vez que se procedía al pago, se abría una ventana nueva, en la que debían introducirse los datos de la tarjeta y del cliente. Esta información estaba cifrada y en muchas ocasiones requería una verificación adicional.
La comprobación dependía del banco emisor, a veces se enviaba una clave por medio de un mensaje de texto o al correo electrónico.
Este protocolo ha ido evolucionando y actualmente se le conoce como EMV 3D Secure, que incorpora un intercambio de datos mejorado, pero simplifica el procedimiento para el cliente.
Cuando se hace la compra, la tienda en línea envía al banco una solicitud con los datos de la transacción y del dispositivo. El banco emisor de la tarjeta recibe la información y determina si se requiere alguna autenticación adicional, en caso de que no sea así, se autoriza la compra, el proceso puede tomar pocos minutos.
En la mayoría de las transacciones, ya no se requiere una autenticación adicional, puesto que los propios bancos cuentan con candados para darle mayor seguridad a una compra, por ejemplo, autorización por medio de biométricos o tarjetas digitales con código con valor de verificación de la tarjeta dinámico (CVV, por sus siglas en inglés). Este es el número que normalmente se encuentra al reverso de la tarjeta, junto a la firma, pero que se puede generar de forma aleatoria en las aplicaciones de la institución bancaria.
La principal ventaja es que aseguras la transacción y evitas pérdidas de dinero o mercancía en una compra fraudulenta, pero también hay otros beneficios:
Son muchas más las ventajas en cuestiones de seguridad, que las desventajas; sin embargo, hay algunos inconvenientes que pueden afectar tanto a los usuarios como a los comerciantes:
Como podrás ver, el principal objetivo del 3D Secure es que todo el proceso sea seguro tanto para ti, como para tus clientes. Así también evitas empañar el nombre de la marca o de la empresa, por problemas ocasionados durante las compras.
¿Quieres saber más sobre cómo funciona este protocolo? ¿Qué otras ventajas puede darte y cómo se integra en tus dispositivos de pago? En Global Payments Technology Mexico podemos ayudarte. Nuestros asesores podrán brindarte toda la información que requieres.
Fuente:
(1) Condusef, Estadísticas de comercio electrónico 2023.
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